domingo, 27 de marzo de 2016

La importancia de invertir en el conocimiento

Evalúa en que aspectos del conocimiento necesitas fortalecerte: Realiza un listado de las áreas del conocimiento que te gustaría reforzar
Todo lo que tienes hoy en tu vida ha necesitado por tu parte algún tipo de inversión, algunas veces alta, otras no tanta, pero siempre debes pagar un precio por lo que adquieres.
Para tener el empleo que tienes hoy día, tuviste que invertir dinero en tu educación, invertiste dinero para enviar los currículos necesarios, invertiste dinero en el vestido que utilizaste para la entrevista, e invertiste tiempo y esfuerzo desarrollando tu poder de convencimiento para que te eligieran a ti y no a otro candidato.
Para tener hoy la esposa o la compañera que tienes, tuviste que invertir dinero en enviarle regalos, invitarla a salir, llevarle regalos a tus suegros o quizá hasta a tus cuñados, invertiste dinero en buscar los mejores atuendos y perfumes para el día que la visitabas...
Para tener hoy la casa que tienes, invertiste dinero y tiempo buscando el vecindario más adecuado, desembolsaste una cantidad determinada o pediste un crédito a un banco para poderla adquirir y ahora pagas mes a mes su hipoteca, invertiste dinero, tiempo y esfuerzo en ponerla a punto y que estuviera de acuerdo con tu estilo y tu comodidad.


Como vez, en todas y cada una de las etapas de nuestra vida invertimos, tiempo, esfuerzo y dinero para obtener lo que queremos, cuando éramos niños esa inversión la realizaron por nosotros nuestros padres. Nada es gratuito, todo tiene un precio y es la consecuencia de un pedido, del esfuerzo, de la constancia o de un deseo ferviente, pero sobre todo de un valor pagado.


De igual manera el conocimiento tiene un precio que debe pagarse si se quiere tener el poder. En la era del Internet donde la información es tan fácil de adquirir, pues solamente con ingresar una palabra clave y dar un clic encontramos una cantidad asombrosa de resultados en cualquiera de los tantos motores de búsqueda que existente actualmente, la información verdaderamente importante es la que adquieres pagando el precio por ella.
Y este precio a veces es en tiempo, otras tantas en esfuerzo y muchas de ellas en dinero. Yo llevo 25 años involucrada con el mundo del Internet y les cuento que la cantidad de información que encuentro ahora a la que conseguía 20 años atrás es exageradamente impresionante, sin embargo me doy cuenta que la mayoría de la información que realmente vale la pena es pagada.

El conocimiento tiene un precio que debe pagarse si se quiere tener el poder

Si quieres pertenecer a un buen club de citas por Internet debes pagar una membresía, si deseas estudiar y obtener un título profesional por Internet debes pagar por ello, si te gusta tener asesoría personalizada de un profesional debes pagar sus honorarios, si te gusta bajar música o programas por Internet y garantizar que no te meterás en problemas, debes pagar una membresía o el valor de lo que quieres adquirir.
Como ves, lo mejor de la red tiene un precio, algunas veces alto, algunas veces no tanto, por eso te invito hoy para que dentro de los planes que tengas durante este año reserves una partida de tu dinero para la capacitación, invierte en capacitación financiera, planificación estratégica, diseño de metas, si eres emprendedor o empresario capacítate para que puedas administrar mejor tu negocio.
Si no tienes como costumbre capacitarte e invertir en educación y no tienes idea de cómo hacerlo te voy a dar 3 tips que me ayudaron hace muchos años a lograr mis metas en cuanto a educación.



1. Evalúa en que aspectos del conocimiento necesitas fortalecerte : Realiza un listado de las áreas del conocimiento que te gustaría reforzar y elige al menos una que sea necesaria e inmediata y enfocate en buscar información referente a ella.
2. Realiza un ahorro programado : Luego de tener claro en qué área quieres capacitarte busca cursos que te ayuden a adquirir los conocimientos que necesitas (busca sólo los mejores aunque debas pagar por ellos), toma el valor total del curso que deseas tomar, define en cuanto tiempo quieres tomarlo y divide el costo por las semanas o días que falten de acuerdo con la forma como quieres ahorrar o te sea más fácil. Luego destina un lugar o comprate un chanchito y procura colocar en él, el dinero que te propusiste en las fechas destinadas para ello, veras que cuando llega el momento de realizar tu curso ya tienes el dinero.
3. Destina al menos una hora al día para tu capacitación : Asegúrate de que tomarás al menos una hora al día para leer o estudiar los temas que te gustan o que consideras debes fortalecer, si haces de este paso un hábito al finalizar tu año tendrás un conocimiento más amplio en muchos aspectos y habrás conocido cosas que no te imaginabas.
Espero que estos tips te ayuden para que inviertas en TI y en una de las riquezas más grandes que cualquier ser humano pueda poseer EL CONOCIMIENTO, ésta es la única riqueza que te llevas contigo cuando mueras.

1. Evalúa en que aspectos del conocimiento necesitas fortalecerte 2. Realiza un ahorro programado 3. Destina al menos una hora al día para tu capacitación

Por qué no me cuentas que proyectos educativos tienes y como tienes planeado lograrlos, a mi me encanta leer tus comentarios y que compartas conmigo tus pensamientos
Lore Elorza

Piense como quiera, pero compórtese como los demás

Desde muy pequeños aprendemos a disimular nuestros pensamientos, a decir a los sensibles y los inseguros lo que sabemos que quieren oír, con cuidado de no ofenderlos

“Si usted hace ostentación de ir contra la corriente, alardeando acerca de sus ideas poco convencionales y sus actitudes heterodoxas, la gente pensará que usted sólo desea llamar la atención y que desprecia a los demás. Encontrarán la forma de castigarlo por hacerlos sentir inferiores. Es mucho más seguro confundirse con la masa y adoptar un cierto aire “común”. Limítese a compartir su originalidad con amigos tolerantes y con aquellas personas de las que está seguro que aprecian su forma de ser, diferente y especial”.

Todos mentimos y ocultamos nuestros verdaderos sentimientos, ya que la libertad de expresión absoluta es algo socialmente imposible. Desde muy pequeños aprendemos a disimular nuestros pensamientos, a decir a los sensibles y a los inseguros lo que sabemos que quieren oír, con cuidado de no ofenderlos. Para la mayoría esto es natural: “hay ideas y valores que la mayoría de la gente acepta y que no tiene sentido discutir. Creemos lo que queremos creer, pero hacia fuera llevamos puesta una máscara”.

Hay individuos, sin embargo, que interpretan estas limitaciones como una intolerable restricción a su libertad y por lo tanto sienten la necesidad de demostrar la superioridad de sus valores y convicciones. Sin embargo, a la larga sus argumentos suelen ofender a más personas de las que convencen. El motivo por el cual los argumentos no funcionan es que la mayoría de la gente se aferra a sus ideas y valores sin pensar mucho en ellos. En sus convicciones hay un fuerte contenido emocional: No quieren reelaborar sus hábitos de pensamiento, y cuando usted los desafía –ya sea de manera directa, a través de sus argumentos, o indirectamente, a través de su comportamiento- adoptan una actitud hostil.



Las personas sabias y sagaces aprenden pronto que pueden mostrar un comportamiento convencional y expresar ideas convencionales sin tener que creer en ellos. El poder que obtienen al combinar ambas posiciones es el de gozar de la libertad de pensar lo que quieran, y expresárselo a quienes quieran sin sufrir aislamiento ni ostracismo. Una vez establecida una posición de poder, pueden tratar de convencer a un círculo más amplio, quizá actuando de manera indirecta, mediante las estrategias de ironía e insinuación puestas en práctica por Campanella.

A fines del siglo XIV los españoles iniciaron una persecución masiva de los judíos; asesinaron a miles y expulsaron del país a muchos otros. Los que permanecieron en España fueron obligados a convertirse al cristianismo. Sin embargo, durante los trescientos años siguientes los españoles observaron un extraño fenómeno que los inquietó en grado sumo: muchos de los conversos vivían por fuera como católicos, pero de algún modo conservaban su fe judía y practicaban su religión en privado.

Muchos de estos judíos, llamados “Marranos”, ocupaban altos cargos en el gobierno, se casaban con miembros de la nobleza y se mostraban como perfectos y piadosos cristianos; sólo muchos años después se descubrió que eran judíos practicantes. (La Inquisición española tenía la misión específica de identificarlos).

A través de los años dominaron el arte del disimulo; exhibían crucifijos en sus casas, daban generosas donaciones a la Iglesia y hasta hacían ocasionales observaciones antisemitas... todo esto mientras, por dentro conservaban su libertad de culto.

Las personas sabias y sagaces aprenden pronto que pueden mostrar un comportamiento convencional y expresar ideas convencionales sin tener que creer en ellos

Los “Marranos” sabían que en la sociedad lo que importa son las apariencias. La estrategia es muy simple: como hizo Campanella al escribir “El ateísmo conquistado”, adécuese de manera ostentosa al entorno; llegue, al extremo de ser el más celoso abogado de la ortodoxia predominante. Si usted conserva las apariencias convencionales en público, pocos sospecharán que usted piensa de manera diferente en privado.

No tenga la ingenuidad de creer que en nuestros tiempos las viejas ortodoxias han desaparecido. Jonas Salk, por ejemplo, creía que la ciencia había superado la política y el protocolo. De modo que en su búsqueda de una vacuna contra la poliomielitis, violó todas las reglas al anunciar públicamente su descubrimiento antes de mostrarlo a la comunidad científica, atribuirse el mérito de la nueva vacuna sin reconocer a los científicos que habían preparado el camino para el descubrimiento, y convertirse así en una estrella. Quizás el público lo amara, pero los científicos lo evitaban. Su falta de respeto por la ortodoxia de su comunidad lo dejó aislado; pasó años tratando de cerrar la brecha y luchando por obtener financiación y cooperación.



Bertolt Brecht fue sometido a una moderna forma de Inquisición –el Comité de Actividades estadounidenses- y la encaró con considerable habilidad. Como había trabajado esporádicamente para la industria cinematográfica estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial, en 1947 Brecht fue citado, ante el Comité, para responder preguntas en relación con sus supuestas simpatías por el comunismo. Otros escritores citados atacaron a los miembros del Comité y se comportaron de la forma más beligerante posible, a fin de obtener la adhesión del público. Por su parte, Brecht, que en efecto había trabajado por la causa comunista, se manejó de forma totalmente opuesta: contestó las preguntas con ambigüedades de difícil interpretación. Tomó una actitud semejante a la de Campanella. Hasta se vistió de traje –algo nada frecuente en él- y fumó un cigarrillo durante el interrogatorio, sabiendo que un miembro clave del Comité tenía pasión por los cigarrillos. Al final logró seducir a los miembros del Comité, que lo dejaron en libertad.

Después de haber abandonado los Estados Unidos, Brecht se trasladó a Alemania Oriental, donde se encontró con otra variante de la Inquisición. Allí estaban en el poder los comunistas, que criticaban sus obras por decadentes y pesimistas. Brecht no discutió; introdujo pequeños cambios en los guiones de las obras que se encontraban en cartel, a fin de acallar a sus censores. No obstante, consiguió que, en la versión literaria, los textos se publicaran tal como él los había escrito. En ambos casos, su fachada conformista le dio la libertad de trabajar sin problemas, sin tener que cambiar su forma de pensar. Al final, logró transitar sano y salvo por tiempos peligrosos, en diferentes países, gracias a su fingido conformismo, con lo cual demostró que era más poderoso que las fuerzas de la represión.

El hombre que maneja bien el poder no sólo evita ofender al prójimo como Pausanias y Salk, sino que aprender a interpretar el papel del sagaz zorro y simular un cierto toque “común”. Ésta es la maniobra a la que han recurrido estafadores y políticos de todos los tiempos. Líderes como Julio César y Franklin D. Roosevelt superaron su natural posición aristocrática para cultivar cierta familiaridad con el hombre común. Esta afinidad se expresaba a través de pequeños gestos, a menudo simbólicos, para demostrar a la gente que sus líderes compartían los valores populares, a pesar de su diferente posición social.

La extensión lógica de esta práctica es la tan valiosa habilidad de ser todo para todo el mundo. Cuando usted se integre en determinada sociedad, deje atrás sus propias ideas y valores y póngase la máscara más apropiada para el grupo en que se encuentra. Bismarck llevó adelante este juego durante años con gran éxito: había quienes intuían vagamente a qué estaba jugando, pero no veían sus intenciones con claridad suficiente como para preocuparse. Los demás se tragarán el anzuelo porque les halaga el pensar que usted comparte sus ideas. Si se maneja con cuidado, no lo tomarán como hipócrita, porque ¿cómo podrían acusarlo de hipócrita, si no saben con exactitud cuál es su posición? Tampoco lo verán como a una persona carente de valores. Por supuesto que usted tiene valores, los valores, que comparte con ellos, mientras se encuentren en su compañía.



El rebaño evita a la oveja negra, pues duda de su pertenencia al rebaño. Entonces la oveja negra trota detrás de todas o se aparta del rebaño, donde la arrinconan los lobos y pronto la devoran. Permanezca con el rebaño; el número garantiza seguridad. Guarde sus diferencias en su mente; no las lleve visibles en su vellón.

Si usted hace ostentación de ir contra la corriente, la gente pensará que usted sólo desea llamar la atención y que desprecia a los demás

Lore Elorza

Recopilación tomada del libro "Las 48 Leyes del Poder"

martes, 8 de marzo de 2016

Los Cuatro Pilares de un Negocio

La estrategia para balancear tu negocio y lograr su consolidación, depende de cuatro pilares básicos en los que se apoya todo negocio, así como una mesa depende de que sus cuatro patas sean fuertes y parejas para estar firme.

Con esta sencilla analogía, identifica en cada momento que aspecto de tu negocio requiere más atención y enfoca ahí tus esfuerzos.

Una parábola de negocios.

Pienso que todos estamos familiarizados con las mesas; por supuesto me refiero a las mesas comunes y corrientes, cuyo funcionamiento es tan simple como cuatro patas soportando un tablón. Así mismo sabemos distinguir sin mucha dificultad cuando una mesa funciona bien o no. Cuando sus cuatro patas son sólidas, se encuentran fuertemente unidas a un tablón parejo y bien terminado, y tienen el largo adecuado de tal modo que la mesa no se tambalea, entonces podemos estar seguros que la mesa cumplirá bien con su propósito. Pero tomemos en cuenta las siguientes preguntas:

•¿Qué pasa cuando una de las patas de la mesa es más corta que las demás, o peor aún, solo tiene tres patas?
• ¿Podrá una mesa sostenerse con sólo dos patas?, ¿o con una?
• ¿Qué pasa si una o más patas no están sólidamente unidas al tablón?

Seguramente te estás preguntando: ¿qué tiene que ver una mesa con los negocios? Mucho, si partimos del hecho de que todo negocio, sin importar su tamaño, su antigüedad o su giro, se comporta como una mesa. Permiteme explicarte esta analogía.

Los cuatro pilares de un negocio

Todo negocio, para estar sano y cumplir el propósito para el cual fue creado, necesita de cuatro pilares fundamentales, así mismo debe existir un balance entre ellos, a fin de soportar adecuadamente al negocio, de lo contrario, éste se encontrará en riesgo de desaparecer. Esto es particularmente cierto para aquellos que están por iniciar o tiene poco de haber iniciado (menos de dos años de existir), si en la planeación preliminar se deja de lado alguno de estos cuatro aspectos, será muy difícil generar la sinergia suficiente para que el negocio logre consolidarse a mediano y largo plazo, aún cuando parezca haber tenido un arranque prometedor.

Estos cuatro pilares son:

1. Capital. Todo negocio requiere de cierto capital para funcionar; la cantidad depende del giro, tamaño y alcance de éste, y abarca conceptos como lo relacionado a la inversión en equipo o maquinaria, los gastos en promoción y publicidad, o el capital de trabajo, entre otros. El flujo de efectivo viene a ser para un negocio como el aceite para un motor, sin importar lo potente que éste sea, sin “aceite se desvíela”.

2. Conocimiento técnico. Si eres cerrajero, debes saber abrir una chapa. Si eres marinero, más te vale saber distinguir entre un timón y un ancla. Aunque de los cuatro, éste es generalmente el aspecto más fuerte, me he encontrado casos en los que no existe un verdadero conocimiento de aquello a lo que el negocio pretende dedicarse. Si no dominamos el aspecto técnico de nuestro negocio, tarde o temprano nuestros clientes lo notarán, y se irán con un verdadero experto.

3. Conocimiento administrativo. En un negocio, es preciso tener al menos ciertas nociones de administración, de lo contrario, en un abrir y cerrar de ojos podemos perder el control de lo que está ocurriendo en el día a día; si el negocio crece no sabríamos cómo organizarnos adecuadamente. En fin, sin administración adecuada no puede existir orden y crecimiento. ¿Le suena familiar?

4. Sistema de comercialización. No importa cuanto capital se tenga, qué tan experto se sea, o cuantos postgrados y maestrías en alta dirección tenga nuestro personal, si los clientes batallan para encontrar y/o comprar nuestros productos o servicios, o peor aún, no saben que existimos, el fracaso es casi seguro. En términos generales este aspecto no solo abarca la venta, también la promoción y la entrega; hacerles saber a nuestros clientes lo que hacemos, y el cumplir eficientemente en tiempo y forma con dichos ofrecimientos, es de vital importancia.

Como ves cada uno de los pilares que soportan la mesa de un negocio son importantes y debes prestar atención a cada uno de ellos si quieres que tu negocio sea exitoso y prospere como lo deseas.

Lore Elorza
http://cambiatusparadigmas/blogspot.no