Muchos de nosotros hemos comenzado nuestra vida laboral en
una empresa, ya sea pequeña o grande, y tal vez muchos también hemos entregado
muchos años de nuestra vida trabajando para alguien más.
La vida laboral no es
precisamente un camino lleno de flores primaverales, por el contrario, es
un camino espinoso y en ocasiones desagradecido. Muchos de nosotros hemos visto
como después de entregar nuestra vida, o gran parte de ella a una empresa,
terminamos siendo solo números, que al final como los presupuestos anuales,
mueren olvidados en los libros contables y los archivos de la compañía.
Sin embargo otros tienen la gran fortuna de hacer parte del
hall de la fama de las empresas, trabajan sagradamente durante toda su vida y
logran su jubilación y uno que otro reconocimiento por parte de su empleador.
Pero qué sucede si perteneces al primer grupo y justo en
este momento ya eres pasado y archivo muerto en la empresa o las empresas para
las que has trabajado entregando tu conocimiento, tu experiencia y muchas veces
tu salud mental o física? Qué sigue ahora si estas en casa esperando de nuevo
una llamada que te anuncie “el puesto es
tuyo”? o tal vez tienes la cabeza hecha un saco de anzuelos intentando
encontrar algo que hacer por tu cuenta como emprendedor o emprendedora que te
permita ser feliz y pagar tu cuentas cada mes.
Pues si te encuentras en esa situación me atreveré a
cuestionar tu presente; lo que quieres, lo que estás dispuesto a sacrificar y a
dónde quieres llegar.
Primero que nada quiero aterrizarte un poco y confesarte que
no hay nada de malo en querer ser empleado, recibir un salario mensual y
trabajar para alguien más. Piensa si
todas las personas del planeta fuéramos empresarios o emprendedores; quién
trabajaría en las tiendas, en las recepciones de los hoteles, quien serviría tu
cena cuando vas a un restaurante a cerrar un negocio importante con otro
empresario, quien haría las diligencias que necesita tu empresa, quien te
atendería en las oficinas del estado?
Todos no podemos ser jefes, ni empresarios, ni
emprendedores; debe haber alguien que haga el “trabajo sucio”, y con esto no
quiero denigrar de ningún trabajo, lo que quiero es que te enteres que todos
los trabajos y posiciones a nivel empresarial y laboral son necesarios.
Ahora bien, vamos a ver si lo tuyo es ser empleado o
empresario:
1. Piensas
que es muy importante recibir un salario mensual, eso te hace sentir seguro:
Si eres de las personas que considera que es mejor tener una gotita constante
que un chorro intermitente y prefieres la seguridad de un salario fijo cada mes
que permita cubrir tus gastos mensuales a la incertidumbre de no saber si tu
actividad te permitirá llegar a fin de mes sin sobresaltos económicos.
2. Estas
convencido que lo que estudiaste lo estas aplicando adecuadamente en tu trabajo
y te sientes feliz con ello: Muchas personas hemos dedicado al menos 3 años
de nuestra vida a la academia con tal de obtener un título que nos permita
encontrar el empleo ideal, muchas personas encuentran ese empleo y se sienten
felices y realizadas con lo que hacen, reciben un salario por su labor y se
sienten cómodos. Por el contrario hay quienes a pesar de tener un buen trabajo
en una buena empresa sienten que no están cumpliendo sus expectativas
personales y no se sienten felices.
3. No te
molesta recibir órdenes: Muchas personas se sienten bien o necesitan
recibir indicaciones de qué o cómo deben hacer las cosas, no tienes porqué
sentirte mal si eres de este tipo de personas, no todos pensamos ni funcionamos
de la misma forma. Otro grupo de personas prefieren ser ellos quienes decidan
qué hacer, cómo y cuándo.
4. No te
incomoda dedicar más horas a tu trabajo que a tu familia o sacrificar tu tiempo
de descanso por tu empleador: Algunas personas, aunque tienen su familia,
no ven importante pasar tiempo con ellos y/o utilizar su tiempo de descanso
dando un paseo, visitando sus amigos o viendo una película; por el contrario
siempre están disponibles para cuando su empleador requiere sus servicios. Sin
embargo hay quienes desean pasar la mayor cantidad de tiempo con sus hijos, sus
parejas, sus amigos o disfrutando de su tiempo libre en alguna actividad que
los reconforta.
5. No te
importa que tus ideas le reporten ganancias a otros: He conocido algunos
profesionales que han sido contratados para generar ideas para sus empleadores
y a cambio reciben un salario, no hay nada de malo en ello, siempre y cuando en
tu cabeza no ande rondando un diablillo que te recuerde constantemente que otro
se enriquece a costa tuya, si te sientes cómodo haciéndolo por qué ha de ser
diferente?
Si te has identificado con estos 5 enunciados o con al menos
3 de ellos, es muy probable que lo tuyo sea ser empleado y eso está muy bien,
las empresas necesitan empleados! Seguro que eres uno muy bueno y tu esfuerzo
tarde o temprano tendrá su recompensa.
Si por el contrario te has echado miles de bendiciones
mientras leías los enunciados, lo mejor es que te inclines por ser independiente,
emprendedor o quizá, eso sí, si tienes los medios para lograrlo, empresario.
Pero por favor! te recomiendo que seas un BUEN JEFE, no vaya a ser que tú hagas
parte del libro negro de tus empleados y terminen ellos echándose bendiciones
para no cruzarse contigo en su camino.
En el próximo post hablaremos de los pro y los contra de ser
emprendedor o jefe.
Me gustaría conocer
tu opinión sobre este post, sabes que me encanta leerte y que me inspires
con tus preguntas y comentarios para seguir escribiendo sobre temas que te
interesan.
Nos leemos!!